Casas Rurales de Alquiler Completo y Apartamentos Cerca de Madrid

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Rusticae, el Club de selección de hoteles con encanto líder en España, te recomienda las mejores Casas Rurales en Madrid Cuando se escribe y habla sobre Madrid, entre todos los tópicos aludidos, también se hace alusión a esa gran ciudad que esconde grandes secretos. Lo enigmático, misterioso o poco conocido siempre atrae. Su intensa vida cultural, su amplia oferta gastronómica y de ocio, sus grandes avenidas y sus barrios populares. Una ciudad de donde nadie es y somos todos, pero que sin embargo esconde un secreto mayor: sus villas. Apostadas como guardianes que custodian un gran tesoro, las villas que rodean Madrid son en sí parte de un gran botín para los amantes de la naturaleza, la cultura, la gastronomía y la desconexión. “Madrid no sería Madrid sin la Sierra de Guadarrama y sin los ríos que la bañan: el Lozoya, Manzanares, Henares, Jarama, Tajuña... que crean un contraste entre valles y montañas. El paisaje presenta aquí todas sus formas: desde las altas cadenas montañosas hasta la planicie. Abetos nevados en altas cumbres junto con las encinas de la Alcarria. Visitando las Villas de Madrid uno consigue disfrutar de un conjunto de destinos singulares por el valor reconocido de su Patrimonio Cultural, que han conseguido conservar su autenticidad rural”. Las anfitrionas de esas maravillosas villas son las casas de alquiler completo y apartamentos que Rusticae selecciona muy cerca de Madrid, con la distancia suficiente para tenerlo todo al alcance de la mano.

Desde Rusticae te invitamos a recorrer Madrid desde otro punto de vista, descubriendo sus 11 villas llenas de monumentos y de historia, castillos, monasterios, de arte y de tradiciones únicas: Manzanares el Real, Rascafría, Patones, Buitrago de Lozoya, Torrelaguna, Chinchón, Colmenar de Oreja, Villarejo de Salvanés, Nuevo Baztán, Navalcarnero y San Martín de Valdeiglesias. ¿Por cuál de todas empezamos? Os dejamos un pequeño aperitivo con las maravillosas villas de Rascafría y Patones de Arriba.

Rascafría. “En estas simples líneas no cabe resumir la hermosura del paraje natural de Rascafría, sumergida en lo más hermoso del Valle del Lozoya, a los pies de la Sierra de Guadarrama y junto a las cumbres y lagos de Peñalara. Toda esta belleza llevó a Enrique II a fundar aquí en el siglo XIV, el Monasterio de Santa María del Paular, una joya del arte monacal que cuenta con una rica colección de pinturas de Vicente Carducho. Podemos admirar 16 de las 56 pinturas originales, cedidas por el Museo del Prado; las otras 40 obras se dispersaron en los convulsos tiempos de la Desamortización de 1836.

Rascafría es un rincón muy romántico, y por ello mismo, el día de San Valentín se homenajea al Arcipreste de Hita, realizando un recorrido teatralizado, interpretado en prosa poética, en los escenarios reales del Libro del Buen Amor. En otoño, la caza y las setas se convierten en absolutos protagonistas en las cartas de sus restaurantes, sin olvidar las preciadas truchas procedentes del río Lozoya. Rascafría tiene todo el encanto de un pueblo serrano en el que disfrutar tanto en verano, de las frescas aguas del río Lozoya, como en invierno, paseando y esquiando por sus cumbres nevadas”.

Patones de Arriba. “Ni Napoleón dio con ellos... o eso cuenta la leyenda ya que Patones de Arriba es un paraje recóndito donde disfrutar de un paisaje y unas construcciones que resultarán insólitas para aquellos que estén dispuestos a sorprenderse en nuestra Comunidad. Recorrer Patones de Arriba es como visitar un museo de pizarra al aire libre. Tiene el toque perfecto de lo que se conoce como rural chic. Nada mejor para abrir el apetito que recorrer la senda ecológica de El Barranco que separa los dos Patones, el de Abajo y el de Arriba. Un camino de 750 m desde el que se divisa todo el entorno natural de este paraje. Y para saciarse, se encontrará una oferta gastronómica diferente, con restaurantes rurales, íntimos y románticos, rodeados de un paraje natural de montañas, valles y embalses. Es cierto que las fiestas de San Juan y los Carnavales se celebran en todas partes, pero en Patones tienen un sabor especial por lo pintoresco de sus calles y porque aquí conservan todas las tradiciones de antaño.”.