Donde nace el sol: un recorrido por los faros del este de Menorca

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Historias de luz y mar en el oriente balear

Hay lugares que son el alma de un destino, y en Menorca, esa alma marinera la custodian sus faros. En la costa este de la isla, tres centinelas de piedra y luz vigilan el horizonte. Cada uno con su propia historia y su propia personalidad.

Te invitamos a un viaje por la ruta de los tres faros del este de Menorca, un recorrido que te conectará con la esencia más pura de la isla y que culmina en dos refugios donde el descanso se convierte en arte. ¿Nos acompañas?

Favàritx
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Favàritx

El más icónico y fotografiado de los tres, el faro de Favàritx se erige como un titán en medio de un paisaje que parece sacado de otro planeta. Su torre blanca con una distintiva banda negra en espiral es el contrapunto perfecto al entorno oscuro y afilado de la pizarra negra que lo rodea.

La construcción de la torre, de 28 metros de altura, comenzó en el año 1917. Sin embargo, la finalización de las obras se demoró hasta 1922 debido a problemas con la propiedad del terreno y a la falta de fondos. Tras varios naufragios en la zona, su luz ha sido fundamental para guiar a los marineros en una de las costas más peligrosas de la isla.

Ubicado dentro del Parque Natural de s'Albufera des Grau, el acceso en coche durante los meses de verano está restringido para proteger su frágil ecosistema. Se debe llegar en autobús o a pie, una pequeña aventura que merece la pena y que te regala vistas a calas vírgenes como Cala Presili y Cala Tortuga.

Sant Carles
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Sant Carles

La historia del faro de Sant Carles es la de un pionero silencioso. Fue el primer faro en iluminar las noches de Menorca, pero su destino estaba ligado a la estrategia militar. Su luz revelaba la posición de la Fortaleza de la Mola, donde se encuentra.

Inaugurado en 1852, fue demolido a principios del siglo XX por orden militar, para ampliar una zona de ejercicios militares. Lo que vemos hoy son sus cimientos y la base de su torre, un vestigio fantasmagórico que nos habla de la eterna tensión entre la guía y la defensa. Una pequeña placa recuerda su existencia.

L'illa de l'aire
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L'illa de l'aire

Encontramos el más alto de todos los faros de Menorca en un islote deshabitado que se encuentra en el extremo sureste de la isla. Construido en 1860, su imponente torre de 38 metros con bandas negras es visible desde toda la costa sur.

Pero la verdadera magia de la Illa de l'Aire reside en sus habitantes: una subespecie endémica de lagartija negra (Podarcis lilfordi lilfordi). Estos pequeños reptiles de un intenso color negro azulado son los verdaderos guardianes del faro y un símbolo de la biodiversidad menorquina.

Para los más aventureros, una excursión en barco, paddle surf o kayak (puedes alquilar uno en Punta Prima en un día de mar en calma) permite rodear el islote y apreciar su grandeza.

Alcaufar Vell
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Alcaufar Vell

En un entorno de paz absoluta se encuentra el hotel Alcaufar Vell. Esta antigua casa señorial del siglo XIV está idealmente ubicada para explorar la costa sureste. Es la esencia de la Menorca rural y elegante. Aquí, el silencio solo se rompe por el canto de los pájaros. Su piscina y la exquisita gastronomía de su restaurante (también abierto para clientes no alojados en el hotel) te reconciliarán con el mundo.

ARTIEM Carlos
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ARTIEM Carlos

Situado estratégicamente en Es Castells, en el puerto de Maó (el mayor puerto natural del Mediterráneo), el Hotel ARTIEM Carlos es un «Adults Only» perfecto para quienes buscan combinar el relax con la vibrante vida de la capital menorquina. Su fabulosa piscina y su Sea Wellness, con una agradable mini infinity pool (en la imagen), un baño turco y una sauna son el broche de oro para una jornada de exploración.