
Favàritx
El más icónico y fotografiado de los tres, el faro de Favàritx se erige como un titán en medio de un paisaje que parece sacado de otro planeta. Su torre blanca con una distintiva banda negra en espiral es el contrapunto perfecto al entorno oscuro y afilado de la pizarra negra que lo rodea.
La construcción de la torre, de 28 metros de altura, comenzó en el año 1917. Sin embargo, la finalización de las obras se demoró hasta 1922 debido a problemas con la propiedad del terreno y a la falta de fondos. Tras varios naufragios en la zona, su luz ha sido fundamental para guiar a los marineros en una de las costas más peligrosas de la isla.
Ubicado dentro del Parque Natural de s'Albufera des Grau, el acceso en coche durante los meses de verano está restringido para proteger su frágil ecosistema. Se debe llegar en autobús o a pie, una pequeña aventura que merece la pena y que te regala vistas a calas vírgenes como Cala Presili y Cala Tortuga.